jueves, 13 de mayo de 2010

Proponen unificar calendario electoral para coaliciones más transparentes


A POCOS días de realizarse la primera vuelta presidencial se ha generado un interesante debate sobre la gobernabilidad que puede llegar o no tener el futuro jefe de Estado, así como la forma en que se podría llegar a constituir una coalición para que ese objetivo sea posible.

En medio de la discusión surgió el tema de hacer más transparente la conformación de alianzas reformando el calendario electoral, unificando los comicios legislativos con los presidenciales.

Calendario

“Si uno cambiara el calendario electoral, es decir pusiera las elecciones legislativas al mismo tiempo que la primera vuelta presidencial”, le explicó a EL NUEVO SIGLO la directora del programa Congreso Visible, Mónica Pachón, se estaría generando “la mecánica para que el candidato presidencial tenga que necesariamente que pensar en un equipo en el Congreso de la República y que tanto los congresistas como el candidato estén luchando por una política pública o por un programa, y no necesariamente por una personalidad, que es lo que pasa actualmente en la elección de Presidente; o por dádivas regionales, que es lo que pasa cuando los congresistas no tienen una fuerza programática nacional, que también les ayude a ser reelectos”.

Congreso

Hoy en día, aunque es claro que cualquiera de los candidatos que llegue a la Casa de Nariño, quizá con excepción de Juan Manuel Santos, aspirante del Partido Social de Unidad Nacional (La U), tendría un Congreso hostil, ninguno está dispuesto a hacer alianzas antes del 30 de mayo, fecha de la primera vuelta.

Sin embargo, aunque La U es mayoría en el Congreso, aún Santos no tendría una gobernabilidad fácil.

Como lo reseñó el profesor y consultor Juan Fernando Londoño en un artículo de la revista Egob, de la Universidad de los Andes, donde se abordó el tema, “la combinación de las fuerzas que hoy componen la coalición de gobierno” alcanzó en las elecciones del 14 de marzo “alrededor del 53 por ciento de los votos”, de los cuales La U tiene el 25 por ciento del Congreso, el Partido Conservador el 20,63 por ciento y el Partido de Integración Nacional (PIN) el 8,14 por ciento, según datos del boletín 42 emitido por la Registraduría con base en el preconteo del día de los comicios.

En este contexto, planteó el ex canciller Rodrigo Pardo, también en Egob, que “el Partido Conservador se convirtió en un gran protagonista político y tiene, al menos en el papel, posibilidades de ganar la elección presidencial”.

Pero, apuntó Londoño, “la realidad política” actual “apunta no hacia el mantenimiento de esa coalición, sino hacia” su “fragmentamiento”. Pero, “la ruptura de la coalición uribista”, que “supondría una gran oportunidad para la oposición”, en la práctica tampoco consigue un aglutinamiento de esas fuerzas, dado que, en realidad, “no es posible hablar de ‘la’ oposición”, sino “más bien habría que hablar de las posiciones no uribistas”.

Transparencia

Así, en el escenario de estas elecciones hay “una plétora de candidatos con muy pocas probabilidades individuales de pasar a la segunda vuelta”, que “insisten tercamente en no hacer alianzas”, escribió en Egob el profesor Felipe Botero, del departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes.

“Lo que estamos viendo es el producto natural de unas reglas del juego que, irónicamente, promueven la coordinación partidista en las elecciones legislativas y promueven la fragmentación en las elecciones presidenciales”, expresó Botero; porque está previsto que “es en la segunda vuelta donde se realizan las alianzas”.

Pero, le comentó Pachón a este Diario, “se tiene que ver con preocupación que no tengamos alianzas preelectorales fijas”, aunque “el sistema presidencial colombiano le da muchas prerrogativas al Presidente de la República para comenzar a negociar en términos programáticos y en términos políticos”.

Alianzas

Y ahí es donde aparece el problema de la transparencia de esas alianzas. “Lo que es difícil en este escenario es, básicamente, la información que se le da al votante y es cómo el votante puede decidir sobre no solamente un Presidente, sino sobre un equipo y el equipo lo constituyen los partidos. Y en este momento eso no es tan claro. Y vemos cómo el Partido Conservador podría estar o no con Santos. Podría Mockus tener o no una alianza con la oposición”, consideró la profesora Pachón.

El tema también fue recogido por el analista León Valencia, director de la Corporación Nuevo Arco Iris, que comentó en una de sus columnas como es comprensible que Mockus, candidato presidencial del Partido Verde, le diga “no” a las alianzas antes de la primera vuelta, porque “la fuerza de los verdes reside en el voto independiente y la tarea más inmediata es estrechar lazos entre las distintas vertientes que se han agrupado alrededor de Mockus y Fajardo”.

Pero para Valencia, “a Mockus le resultará difícil ganar e imposible gobernar si no se abre a una alianza con las fuerzas que se han apartado del uribismo. El equipo de dirección del Partido Verde no debe olvidar que fue la suma de los ex alcaldes y la confluencia de líderes de opinión con pasados políticos muy distintos, lo que catapultó la candidatura de Mockus al primer lugar de las encuestas”.

“Con Rafael Pardo y Gustavo Petro”, candidatos del Partido Liberal y el Polo Democrático, respectivamente, “hay importantes coincidencias en temas sociales. Noemí Sanín y Germán Vargas Lleras”, del Partido Conservador y Cambio Radical, “han pagado un alto precio por apartarse de la segunda reelección del presidente Uribe y le han prestado así un gran servicio a la democracia. No se debe descartar a ninguno de ellos”, escribió Valencia.

“El quid está en la manera como se llega a la coalición. Ahí está el secreto”, planteó Valencia. “Mockus y Fajardo pueden darle una gran lección a Colombia ensayando una forma diametralmente distinta de pactar las alianzas”, apartándose de “las negociaciones individuales y burocráticas” y aprovechando “la ventaja que significa no despertar mayores resistencias entre los demás candidatos. Además, Lucho Garzón, Enrique Peñalosa y Sergio Fajardo tienen múltiples vasos comunicantes con las demás campañas”; así, “la gran marea de opinión se debe complementar con sólidos acuerdos con las colectividades partidarias para realizar la renovación ética y política que el país necesita”.


No hay comentarios: