martes, 27 de abril de 2010

¿Cuenta regresiva al lenguaje de la era uribista?


Muchas veces nunca lo hacen. Aquí la segunda parte de las chapas más distintivas durante la actual administración.

”Terroristas vestidos de civil”

El 3 de febrero de 2007, en Tierradentro, corregimiento de Montelíbano, Córdoba, el presidente Álvaro Uribe, defendiendo los acuerdos de Justicia y Paz con los paramilitares, señaló que este proceso no permitiría “que los responsables de delitos atroces vayan al Congreso”, a diferencia de “quienes incendiaron el Palacio de Justicia, con los dineros del narcotráfico” que “simplemente se quitaron el camuflado, se pusieron un traje de civil y llegaron al Congreso a querer darle cátedra moral al país. Unos lo han hecho muy bien. Otros, infortunadamente, simplemente pasaron de ser terroristas de camuflado a ser terroristas de traje civil”.

Gustavo Petro le respondió en el Senado: “Creo que existen terroristas vestidos de civil y de corbata, pero los están cogiendo presos y casi todos son amigos del presidente Uribe”.

Furibismo

Habían transcurrido apenas unos meses de la llegada de Uribe al poder, el 7 de agosto de 2002, cuando con las primeras propuestas reeleccionistas se manifestó una distinción entre los simples uribistas y los furibistas, seguidores furibundos del mandatario; si bien en la primera reelección se presentaron algunas deserciones, estas se multiplicaron con el intento de la segunda.

“Le doy en la cara marica”

El 8 de diciembre de 2007 el periodista Daniel Coronell reveló en su columna de la revista Semana la historia de Luis Fernando Herrera, quien había trabajado en la Casa de Nariño como fotrografo, también apodado La Mechuda, denunciado por Raúl Grajales de extorsionarlo para evitar su extradición. Según Coronell, “cuando la Unidad Investigativa de El Tiempo publicó el caso, la reacción del Presidente fue llamar a Herrera y mandar a grabar la comunicación para dejar constancia de su disgusto”.

En la grabación, filtrada profusamente a los medios de comunicación, Uribe le dice a Herrera: “¡Quiero decirle que estoy muy berraco con usted y ojalá me graben esta llamada!... ¡Si lo veo, le doy en la cara marica!”.
Esta frase se hizo tan famosa que incluso terminó siendo convertida en ringtone para celulares.

Amenaza terrorista

Se dice que el autor del concepto de que en Colombia no hay conflicto armado sino amenaza terrorista es el ex asesor presidencial José Obdulio Gaviria. Si eso es verdad o no, lo cierto es que junto con la seguridad democrática, la confianza inversionista y la cohesión social, es uno de los pilares del discurso de Uribe.

La idea es rechazada por los defensores de derechos humanos, dentro y fuera del país. “Si se niega la existencia de un conflicto armado no hay razón para la negociación política; y si no hay negociación política, para qué hablar de mediación de la comunidad internacional”, ni tampoco “hay crisis humanitaria”, explicó alguna vez el jurista José Humberto Torres.

Encrucijada del alma

Hace casi un año, el 21 mayo, cuando alguien le preguntó sobre el tema de la reelección, durante la cena de imposición de la medalla del decano del Wharton School, Universidad de Pensilvania, al presidente Uribe en la sede de la cancillería, se hecho un discurso sobre “que Colombia necesita prolongar estas políticas: la política de seguridad democrática, de confianza inversionista, y su gran resultado y validador que es la cohesión social”, pero que él se “sentiría muy amargado de que las nuevas generaciones me vieran apegado al poder”, de ahí que al poner todo “en la balanza me crea eso que yo llamo la encrucijada del alma”.

Los computadores de Reyes

El 1 de marzo de 2008, tras la operación Fénix, que en Ecuador llaman el bombardeo de Angostura, en el campamento donde fue abatido el jefe guerrillero Raúl Reyes, los efectivos militares colombianos extrajeron por lo menos un computador portátil y varias memorias USB que, según el Gobierno, en 37.872 documentos de texto, 452 hojas de cálculo, 210.888 imágenes y 10.537 archivos multimedia, con un peso de 610 gigabytes de información, detallan información histórica relacionada a las actividades del grupo guerrillero, incluyendo información que relaciona a las Farc con las autoridades venezolanas y ecuatorianas, además de una extensa red de cooperantes en varios países de América Latina.

“La política es dinámica”

En abril de 2004, cuando el ministro del Interior y de Justicia, Sabas Pretelt, anunció al Congreso la voluntad de Uribe de reelegirse por primera vez, el entonces representante Luis Fernando Velasco, del Partido Liberal, dejó oír una grabación del Presidente diciendo que “no soy partidario de la reelección inmediata porque le introduce más politiquería al ejercicio de las funciones de gobierno”.
La respuesta de Pretelt quedó plasmada para la posteridad: “Afortunadamente la política es dinámica”.

Voten mientras no estén en la cárcel

El 29 de noviembre de 2006, en entrevista con Darío Arizmendi, de Caracol Radio, Uribe expresó: “Para que quede muy claro y hacerlo de frente, ante todo el país: mientras estos señores estén el Congreso de la República, cuya presencia en el Congreso de la República no depende de mi, sino de la administración de justicia, les voy a pedir que voten los proyectos de ley del Gobierno”.

El gobernante se refería a los legisladores procesados por la parapolítica, “cuya presencia en el Congreso” no dependía del mandatario, “sino de la administración de justicia”, y que para la fecha eran tres encarcelados y otros seis investigados.


Justicia y Paz

Como se referencia antes el proceso de Justicia y Paz ha sido insistentemente defendido por este Gobierno, dejando en el camino numerosas deserciones de uribistas que se resistieron a volverse furibistas.

Terminando el 2002 las Autodefensas Unidas de Colombia le anunciaron al país su cese al fuego y empezaron a negociar con el Gobierno las condiciones para desmovilizar a sus tropas. Los paramilitares se concentraron en Santa Fe Ralito, corregimiento de Tierranta, Córdoba, donde un año antes un grupo de políticos pactaron con los jefes irregulares un pacto para “refundar la patria”.

En 2005 vio por fin la luz la muy criticada ley 975, o de Justicia y Paz, marco jurídico para el proceso de desmovilización de los paramilitares en Colombia, aunque eventualmente podría ser utilizada en procesos de desmovilización de grupos guerrilleros.


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