miércoles, 10 de febrero de 2010

En desmovilización de bandas emergentes trabaja la Iglesia


Monseñor Julio César Vidal busca acercamientos con Los Paisas y Los Tastrojos. En Norte de Santander trabaja el prelado Jaime Prieto Amaya.

ACERCAMIENTOS LOCALES “que deben llevar a procesos de paz con el Gobierno nacional”, adelanta la Iglesia Católica con las denominadas bandas emergentes al servicio del narcotráfico, más conocidas como Bacrim.

Así lo confirmó el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Rubén Salazar, quien recordó que la Iglesia siempre ha estado presta a colaborar en la búsqueda de la paz y la liberación de secuestrados, sin importar la tendencia del grupo aclamado al margen de la ley.

El obispo de Montería, monseñor Julio Cesar Vidal, indicó que ya se han adelantado contactos con grupos como Los Rastrojos y Los Paisas, que han dejado 40 muertos en lo que va corrido de este año, por enfrentamientos para dominar el territorio en el municipio de Córdoba, y que durante 2009 dejaron más de 600 asesinatos.

“Por esta razón se inició el acercamiento y los grupos armados le han manifestado una respuesta positiva a la propuesta de diálogo”, señaló el prelado, que participó de los acercamientos que terminaron con la desmovilización de los paramilitares.

“Desde septiembre pasamos la propuesta de buscar acercamientos con las bandas emergentes y ellos están dispuestos a iniciar un cese de hostilidades y un futuro procesos de diálogo con el gobierno. El Presidente de la República, aquí en la conferencia episcopal, me dio el aval para continuar con estos diálogos”, sostuvo.

Mientras tanto, en la zona de frontera, Monseñor Jaime Prieto Amaya, obispo de Cúcuta organizó un grupo llamado Motor, con el que busca acercamientos con las organizaciones que el llamó “mutantes”, es decir, compuestas por ex paramilitares hoy más peligrosos.

“Nosotros como Iglesia, sea paraco, guerrillero, emergente o mutante, tenemos que establecer diálogos con ellos”, señaló.

La Iglesia católica, en general, está dispuesta a lanzar diálogos directos con todos los grupos armados siempre y cuando sean abiertos y avalados por el gobierno.

Además, delegados de la Iglesia Católica están prestos para participar de la liberación del sargento Pablo Emilio Moncayo y el solado Josué Calvo, que según la senadora Piedad Córdoba, podría darse antes de finalizar este mes.

Así mismo, el cardenal Darío Castrillón ha dicho que ha sostenido contactos con el máximo jefe de las Farc, alias Alfonso Cano, con el propósito de buscar acercamientos apr aun diálogo de paz y la liberación de la totalidad de los secuestrados en poder de ese grupo guerrillero.

El anuncio de la Iglesia Católica se conoce justo en momentos en que en Medellín se conoció de un “pacto de no agresión” entre dos bandas narcotraficantes de origen paramilitar que mantenían una cruenta guerra en Medellín.

“La semana pasada recibimos una orden de cese al fuego. Por el momento no más bala, que todos los 'combos' (pandillas) están avisados”, fue la consigna enviada a las distintas facciones delincuenciales, según dijo alias Juan, miembro de una de ellas.

Juan opera en El Filo, un sector de la Comuna Popular (noreste de Medellín), donde se vive con intensidad el enfrentamiento entre las tres grandes bandas que se desprendieron de la llamada 'Oficina de Envigado', una organización de sicarios al servicio del narcotráfico.

Los enfrentamientos entre las bandas dispararon la tasa de homicidios en Medellín en los primeros 28 días de enero. Según las autoridades, durante ese período se registraron 188 muertos, 42 más que en el mismo lapso de 2009.
El Instituto de Medicina Legal incluso advirtió que la cantidad de muertos desbordó la capacidad de la morgue de la ciudad.

El incremento de la violencia en enero siguió a un aumento del 64% en el índice de homicidios registrados en 2009, cuando sumaron 1.432, frente a 871 en todo 2008, de acuerdo con las autoridades.


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