domingo, 21 de febrero de 2010

El tiempo no da tregua a causa reeleccionista


El tiempo se convirtió en el principal enemigo de la causa. Los candidatos oficialistas apuran sus campañas y si bien la Corte Constitucional aceleró el estudio de la iniciativa, la cuenta regresiva se agota. Eso sin contar el impacto electoral de los controvertidos decretos sobre salud.

EL TONO de los dirigentes uribistas que han impulsado a brazo partido la posibilidad de un tercer periodo presidencial de Álvaro Uribe Vélez es cada vez más escéptico. Hasta los más entusiastas en la causa reeleccionista ya admiten que el tiempo se está acabando y que ese termina siendo el enemigo principal de la continuidad gubernamental, incluso por encima de la decisión que tome más temprano que tarde la Corte Constitucional.

Es más, en las propias palabras del Jefe de Estado ya se percibe un sentimiento de que se acerca la hora de entregar las riendas y que lo mejor es empezar a hacer los balances y los cortes de cuenta. La afirmación de Uribe Vélez el pasado viernes ante el cónclave de alcaldes, en donde les dijo a éstos que "espero que llegue un Presidente que los quiera la mitad de lo que yo los he querido", es una prueba evidente de que el mismo Primer Mandatario ya está viendo difícil el panorama.

Más allá del optimismo de dirigentes como el ex senador Rodrigo Rivera, que insiste en que hay margen de acción para que la Corte avale el referendo y éste pueda ser convocado y votado antes del 5 de abril -que se presume es la fecha límite para que Uribe Vélez pueda inscribirse como candidato a un tercer periodo consecutivo-, el tono de otros alfiles uribistas es cada día más realista.

El propio Juan Manuel Santos, hoy jefe de La U y virtual candidato presidencial, admitió esta semana que si bien todavía existía la posibilidad de que el referendo saliera adelante, el tiempo es cada día más apretado. En las toldas del precandidato presidencial conservador, Andrés Felipe Arias, también crece la sensación de que la causa reeleccionista tiene ahora menos espacio y, por ende, es necesario acelerar la campaña de cara a la consulta del 14 de marzo, más aún ahora que las últimas encuestas le otorgan una amplia ventaja a la precandidata Noemí Sanín, quien siempre ha insistido en que la colectividad debe tener candidato propio para competir en la primera vuelta y recuperar su vocación de poder, basado en un potencial electoral azul revitalizado.

Por los lados de Sergio Fajardo, éste insiste en que, al final de cuentas, será el propio presidente Uribe el que dirá no a la posibilidad de otro periodo.
Germán Vargas Lleras, entre tanto, prácticamente da por descartada la posibilidad de una intentona reeleccionista, no sólo por la cantidad de vicios que arrastra la ley del referendo y su campaña de financiación, sino porque el tiempo no alcanzaría para concretar una candidatura del Jefe de Estado. En el Polo y el liberalismo, tanto Gustavo Petro como Rafael Pardo ya están dejando de pensar en Uribe como rival y están concentrando todas sus energías en cómo vencer a los sucesores uribistas.

Afanes riesgosos

Por los lados de la Corte Constitucional el escenario tampoco deja mucho en claro y, por lo mismo, la expectativa reeleccionista es cada día más difusa. Las versiones periodísticas que han circulado en la última semana en torno a cómo está la balanza al interior del alto tribunal frente a la exequibilidad o no de la ley del referendo, son muy contradictorias. Mientras unas hablan de que hay un bloque mayoritario en contra de la iniciativa, otras sugieren que es al contrario. En medio de ellas, surgen otras hipótesis que hablan de un 5-4 entre los magistrados, pero unos señalan que el bloque más alto está por el hundimiento de la ley y otros aseguran que su postura es positiva.

Sorprendió, eso sí, que la misma Corte que bajo la presidencia del magistrado Nilson Pinilla había advertido que el estudio de la constitucionalidad y legalidad del referendo no se haría acudiendo a sesiones extraordinarias, decidiera esta semana -ahora bajo la tutela del magistrado Mauricio González (ex secretario jurídico de la Casa de Nariño)- acelerar el examen de exequibilidad y trabajar cuatro días a la semana en ese tema.

El propio González confirmó que ya se superó la etapa de aproximación a la generalidad del tema y ahora se está estudiando a fondo cada uno de los vicios advertidos por la ponencia del magistrado Humberto Sierra Porto, que recomienda hundir la iniciativa.

Sin embargo, fuentes de la Corte indican que algunos magistrados han advertido que el alto tribunal no puede afanarse, más aún porque la ponencia de Sierra Porto es muy compleja y detallada, lo que obliga a analizar temas muy puntuales, y en ese escenario la generalidad del concepto del Procurador General y algunos de sus polémicos argumentos para pedir la exequibilidad de la ley del referendo, lejos de ayudar a construir una base sólida para avalar la iniciativa, terminó complicando a los magistrados partidarios de un fallo positivo.

Es más, según trascendió, en el mejor de los casos una sentencia de la Corte estaría lista para el nuevo o diez de febrero, es decir apenas unos días antes de los comicios parlamentarios. Aún si el alto tribunal avalara la convocatoria al referendo, todavía no se ve una fórmula para forzar al Registrador Nacional a acelerar la organización de esa cita en las urnas. Como se sabe, el alto funcionario insiste reiteradamente que necesitaría por lo menos tres meses para montar todo el operativo logístico y concretar la jornada electoral. Si, como dice Rivera, la fecha límite para que el Presidente se pueda inscribir como candidato a un tercer periodo es el 5 de abril, pues sería muy difícil que si la Corte emite su fallo a mediados de marzo, en sólo 20 días se cite a las urnas y se vote. Eso es prácticamente imposible.

Coletazos electorales

A la par de todo ello, no pocos dirigentes uribistas insisten en que las últimas movidas gubernamentales lejos de colaborar en la causa reeleccionista, la han terminado por complicar. Es claro, y así lo han advertido en la Casa de Nariño y ante el propio Jefe de Estado, que el impacto público negativo derivado de la controversia por los alcances de los decretos dictados al amparo de la Emergencia Social para hacer frente a la crisis en el sector salud, tendrá indefectiblemente efectos electorales.

Es más, Uribe Vélez ha admitido que la polémica sobre lo que implican esas medidas y la posibilidad de que el ciudadano de a pie tuviera que sacar de su bolsillo, pensiones y cesantías para pagar los servicios de salud, o que éstos fueran recortados de manera drástica, generó temor y hasta pánico en la ciudadanía y golpeó duramente la imagen del Gobierno.

Si a esa situación se le suma la crisis en seguridad urbana, el rebrote de bandas paramilitares cooptadas por el narcotráfico, el creciente desempleo y la idea cada vez más afincada de que el Presidente es bueno pero sus colaboradores muy ineficaces, se comprende por qué en las propias toldas uribistas se considera ahora que es riesgoso apostar ciegamente a que el referendo saque 7,4 millones de votos. Es más, no pocos rezan para que un nuevo pico de tensión con el presidente venezolano Hugo Chávez sea el que finalmente dé un empujón definitivo a la posibilidad de un tercer mandato consecutivo.

Como se ve, si bien es cierto que en la Corte el análisis del referendo se aceleró, tanto los tiempos y el propio ambiente político y electoral están jugando en contra de la iniciativa reeleccionista, a tal punto que apostar por la eventualidad de un tercer mandato consecutivo es cada día más una jugada muy riesgosa.


No hay comentarios: