miércoles, 12 de noviembre de 2008

Tabacaleras dejaron tarjetas en oficina de senador Name


El congresista atlanticense señaló que por medio de una ley busca hacer permanente la normatividad contra el uso de cigarrillo en sitios públicos

AYER AL cierre de esta edición, la plenaria del Senado tenía en sus manos la suerte de una iniciativa de ley que prohíbe fumar en sitios cerrados públicos, además en universidades y aeropuertos, así como vender cigarrillos a menores.

La semana anterior, el senador José David Name denunció presiones para que retirara el proyecto.

EL NUEVO SIGLO: Usted denunció amenazas y presiones por su proyecto de ley antitabaco, ¿a raíz de esto le incrementaron su esquema de seguridad?

JOSÉ DAVID NAME CARDOSO: Ya me reuní con la Policía, el esquema de seguridad mío es muy fuerte, no de ahora, de hace rato por otras presiones que recibí cuando fui ponente de la capitalización de Ecopetrol, en esa época recibí fuertes presiones. Desde allá tengo mi seguridad muy fuerte, al igual cuando voté negativo los derechos de las parejas del mismo sexo.

E.N.S.: ¿Después de las denuncias que usted hizo se han producido nuevas presiones?

J.D.N.C: No porque primero, yo no he dado la oportunidad. Di orden de no recibir a nadie interesado en este proyecto, sino que se debata en la plenaria del Senado.

E.N.S.: Por su experiencia personal en este caso, usted puso en tela de juicio la seguridad en el Congreso, ¿no están bien cuidados los congresistas?

J.D.N.C.: Bueno yo le entregué hoy (ayer) a las personas que manejan la seguridad al interior del Congreso, les mostré las tarjetas de presentación de las tabacaleras que han estado en mi oficina y que, inclusive, han dejado las tarjetas sin que yo les haya permitido la entrada al Congreso. Entonces, uno se da cuenta que en el Congreso hay presente una cantidad de personas que nada tiene que ver con la labor legislativa.

E.N.S.: ¿Tarjetas de cuántas tabacaleras llegaron a su oficina?

J.D.N.C.: De todas, inclusive ya solicité el video de seguridad para demostrar el asedio que ha tenido mi oficina por parte de los actores que tienen interés en este proyecto.

E.N.S.: Después de las denuncias ¿ha recibido usted algún mensaje del sector del tabaco para explicarle que ellos nada tienen que ver con las presiones?

J.D.N.C.: No, yo no he recibido ningún contacto de ellos, y me imagino que ellos se han abstenido de hacerlo porque yo públicamente informé que he recibido llamadas y visitas a mi oficina, y preferiría que no lo hicieran para que no hubieran malos entendidos.

E.N.S.: ¿No cree que en la socialización del proyecto faltó tener en cuenta al sector productor de cigarrillos?

J.D.N.C.: El proyecto se discutió en foros a la luz pública, el proyecto tiene más de seis meses publicado en mi página web, no creo que sea conveniente hacer reuniones privadas con algún actor interesado en el tema porque eso se da para malos entendidos, pero divulgación suficiente ha habido.

E.N.S.: ¿Las tabacaleras le han hecho llegar a nombre propio propuestas para el proyecto?

J.D.N.C.: Las tabacaleras han insistido intentando hablar la British, American Tobacco, una de ellas asistió a una reunión para expresar cuáles eran sus inquietudes, pero públicamente, privadamente no ha habido nada.

E.N.S.: ¿Cree usted cree que su proyecto puede tener una afectación económica al sector del tabaco?

J.D.N.C.: Es que el proyecto en cierta forma ya está en vigencia porque un decreto del Viceministerio de Salud cogió varios de los puntos que están en el proyecto mío. Lo que pasa es que las resoluciones son demandables, mientras que las leyes de la República una vez sean aprobadas por el Congreso y con el visto bueno de la Corte Constitucional, no se pueden tocar. Lo que yo quiero es que esta resolución quede como una ley y no que dentro de cinco o seis años, este decreto pueda ser tumbado.

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