Aunque Obama desconoce la región debe aprovechar su acogida en ella para reactivar las relaciones bilaterales
PESE AL pliego de peticiones que los países americanos elevaron al electo presidente estadounidense Barack Obama, todo parece indicar que América Latina no será una prioridad en su agenda exterior, aunque podría mejorar los vínculos con la región luego de un alejamiento de Estados Unidos durante el gobierno de George Bush.
Las solicitudes de los mandatarios latinoamericanos van desde que “distienda" y "cambie" sus vínculos hacia sus países hasta el levantamiento del embargo a Cuba y la aprobación del TLC con Colombia.
Sin embargo y ante la gravedad de la crisis económica, todos los analistas coinciden en señalar que el llamado “patio trasero” de Estados Unidos no será prioridad para la administración que asumirá el próximo 20 de enero.
Pero, según señalan expertos, con un poco de esfuerzo, las relaciones de Estados Unidos y sus vecinos pueden mejorar.
La principal prioridad de Obama hacia América Latina debe ser "restaurar la credibilidad de Estados Unidos y aumentar la confianza", sostuvo Michael Shifter, vicepresidente del Diálogo Interamericano, un centro de estudios de Washington. "Creo que a través de un estilo distinto y algunos gestos simbólicos se puede hacer bastante", añadió.
"Obama debería aprovechar toda esta efervescencia de buena voluntad que se ha levantado en el mundo entero y en América Latina", estimó por su parte Jaime Daremblum, del conservador Hudson Institute, también de Washington.
Para Shifter, la posición de la nueva administración con relación a Cuba será clave.
"No hay un tema más simbólico que Cuba" en las relaciones "de las últimas cinco décadas (de Estados Unidos) con America Latina. Ha sido el problema más irritante. Es el tema que más ha dividido a Estados Unidos de América Latina", expresó.
"No creo que Obama vaya a levantar ni quiera levantar el embargo, pero cumpliendo con su promesa primera de eliminar restricciones de remesas y viajes de cubano americanos (a la isla), sería un paso importante", añadió.
Para Daremblum, "la mejor salida para Obama" si quiere restaurar el prestigio de Estados Unidos en la región y recomponer las relaciones con muchos países del subcontinente, sería crear "una especie de comisión gubernamental, encabezada por una figura importante para América Latina".
"Podría ser el mismo Bill Richardson", gobernador de Nuevo México (sur) y de origen hispano, sostuvo Daremblum.
Incluso, este analista barajó la alternativa de que "se vuelva a establecer la oficina del enviado especial" para la región. Aunque "no veo muy entusiasmados a la gente de la cúpula de Obama (con la idea) porque crea conflictos con el Departamento de Estado", se atajó.
Este experto, un ex diplomático, sostuvo que sería fundamental que Obama avanzara de forma progresiva, buscando funcionarios que conozcan la región y adelanten acercamientos con países latinoamericanos, antes de llegar a encuentros de nivel presidencial.
Para Shifter, hay medidas que Obama puede adoptar desde el vamos y que serían bien recibidas en América Latina, puesto que las relaciones "habían bajado a un nivel tan bajo que pasos más o menos modestos pueden recuperar la confianza".
"Hay muchas posibilidades para mejorar: poner embajadores en Caracas, La Paz y de ellos en Washington sería una mejora", sostuvo recordando las mutuas expulsiones de embajadores de Estados Unidos, Bolivia y Venezuela.
No obstante, Shifter advirtió que una mayor apertura de Washington puede encontrar sus límites rápidamente, cuando hay políticas "que afectan los intereses de Estados Unidos".
En particular, destacó como limitantes la "alianza que tiene el gobierno de (Hugo) Chávez" en Venezuela "con gobiernos como Irán o como Rusia, en la medida que esos dos países van a ser la agenda global de Estados Unidos en un gobierno de Obama".
"Hay temas de fondo que no van a desaparecer aún con un gobierno de Obama, que no es una 'paloma' en política exterior", enfatizó.
Los dos expertos fueron categóricos en que el próximo ocupante de la Casa Blanca estará amarrado por la crisis económica.
"No es realista esperar que vaya a tener mucho tiempo para dedicarle a América Latina cuando su prioridad es poner la casa en orden, que es lo mejor que puede hacer para los latinoamericanos", sostuvo Shifter, quien dijo que Obama deberá ingeniárselas para no concentrarse en la agenda interna.
"Va a estar muy, muy limitado", dijo Daremblum.
"La idea esa que lanzó Obama de que iba a incrementar sustancialmente la ayuda a América Latina, eso no va a suceder. Todo lo contrario, se van a revisar esos programas y se van a anunciar recortes", vaticinó.
La situación parece aún más complicada para Colombia, el considerado principal socio de Estados Unidos en la región, ya que el Tratado de Libre Comercio negociado con la administración Bush entró al congelador desde meses atrás cuando la bancada demócrata (mayoritaria en el Congreso) condicionó su aprobación a resultados efectivos en investigaciones sobre violaciones a los derechos humanos como el asesinato de sindicalistas y maestros.
A ello hay que añadirle ahora la anunciada revisión al Plan Colombia por parte de varios congresistas demócratas, que consideran que no se pueden continuar entregando la ayuda mientras persistan las denuncias sobre atropellos y violaciones de las Fuerzas Armadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario