Hace poco, la senadora le dijo a EL TIEMPO que para lograr las liberaciones está dispuesta a sacrificarse "hasta donde sea necesario".
El 11 de mayo de 2007, en Ciudad de México, la senadora Piedad Córdoba les pidió a los "países democráticos" de América Latina cortar "relaciones con Colombia" y cuestionó que sus mandatarios se reunieran "con un Presidente elegido por la mafia, por el paramilitarismo".
Ese instante marcó el peor momento político para Piedad por el rechazo de la opinión pública y la clase política a sus afirmaciones.
Casi un año después, en enero de 2008, su popularidad seguía en picada. Aunque había intervenido en la liberación de Clara Rojas y Consuelo González, una encuesta de Invamer Gallup registró que su imagen negativa pasó del 32 al 63 por ciento, mientras que su imagen favorable cayó de 42 a tan solo 22 puntos.
Eran los tiempos más críticos de Piedad: la Corte Suprema le inició investigaciones por traición a la patria y 'farcpolítica', fue objeto de agresiones públicas y amenazas, y sobre ella pesaba la duda de hasta dónde llegaban sus relaciones con las Farc.
Su nueva estrategia ya superó verdaderas pruebas de fuego. La primera ocurrió el 6 de diciembre pasado, cuando el presidente Álvaro Uribe advirtió que "las Farc, ahora con el apoyo de una dirigente de la política, nos están tendiendo una nueva celada".
El pasado domingo, el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, aseguró que con las liberaciones, las Farc y Córdoba querían "poner contra la pared al Gobierno, hacer un gran show e inflar políticamente" a la senadora.
A todo esto Piedad solo respondió: "Creo que el Gobierno tiene muy buena voluntad".
El cambio de actitud de Córdoba allanó el camino para que el proceso previo a la liberación fluya sin tropiezos.
Además, otro factor que ha contribuido a visibilizar su protagonismo y a alejar elementos de perturbación ha sido la ausencia del presidente venezolano Hugo Chávez.
¿Candidata a la Presidencia?
Este cambio le ha dado a Piedad, por ahora, un segundo aire. Y también una nueva proyección política.
El ex presidente Ernesto Samper, con quien Córdoba ha mantenido una comunicación constante, interpreta esta transformación como un "un fenómeno de madurez que hay que destacar" y como "un premio a la consistencia, porque cuando todos se vinieron contra Chávez y contra las Farc, ella soportó la satanización y defendió su tesis del intercambio y el diálogo en el conflicto armado".
El politólogo Fernando Giraldo asegura que Piedad tiene una gran capacidad para "mimetizarse y adaptarse a las coyunturas", y que incluso "es mucho más hábil" que el propio presidente Chávez.
Giraldo cree que aunque Piedad no ha descartado su candidatura presidencial, su futuro no está en el liberalismo, sino en una alternativa independiente.
Quien le ve mayores oportunidades políticas, incluso en la Presidencia, es Samper. Para él, si Piedad logra que las Farc liberen a los secuestrados y que además anuncien su compromiso de abandonar el secuestro como arma política "su futuro puede proyectarse mucho más".
"Piedad se erige como la única candidata a la Presidencia que propone una salida política", dice Samper.
Otro aspecto que podría jugar a su favor es la proximidad que ha logrado con asesores del presidente electo de E.U., Barack Obama. Piedad ha tenido varias reuniones con ellos.
El compromiso de la senadora con el tema de derechos humanos la ha posicionado entre los representantes demócratas Nancy Pelossi y Jim McGovern, así como con el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, de gran ascendente sobre Obama.
Fuentes cercanas a su equipo de trabajo señalan también como factor determinante de la 'nueva Piedad' la llegada de Alberto Cienfuegos, estratega político y ex consejero del presidente del Polo, Carlos Gaviria, a su grupo.
A pesar de la insistencia de Piedad en decir que no busca ningún protagonismo, su nombre ya hace parte de la lista de nominados al Premio Nobel de Paz en 2009.
"Yo sé que estoy caminando sobre un campo minado pero eso no me importa. Sólo sé que voy para adelante", dijo Piedad hace unos meses, ratificando con su frase su capacidad de apuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario