lunes, 12 de enero de 2009

“Negra hifueputa”


Desde el 20 de diciembre del año anterior la Senadora Piedad Córdoba es candidata a uno de los más importantes galardones de paz en el mundo. La nominación al Nobel fue anunciada por el argentino Adolfo Pérez Esquivel, ganador del galardón en 1980.

No es de extrañar que un a vez fue nominada, en Colombia se generara una gran polarización, similar a la que se generó cuando se dijo que sería la primera persona colombiana que recibiría Obama o se ha anunciado como la candidatas a la presidencia por el partido liberal.

Piedad genera muchos apelativos, entre ellos el que titula este blog. Bueno, lo de negra es perfectamente claro, como es ella misma, lo otro es una manera coloquial y muy colombiana de nominar a alguien que cae mal, y es que la Senadora Piedad Córdoba tiene la rara condición de despertar grandes amores o enormes odios.

Desde cuando la conocí y tuve el honor de trabajar conjuntamente con ella en el proyecto de ley de parejas del mismo sexo comprendí por qué despierta tan distintas emociones. En general las personas no están preparadas para que se les diga la verdad, de manera directa, sin tapujos; generalmente se prefiere el carameleo, la falsedad, la doble moral.

Sobre ella se ha dicho que es lesbiana; creo que si lo fuera seria muy orgullosa de ello, como lo es de su color de piel y de su historia familiar. La gente suele creer que si se apoya una idea o una propuesta política es porque hay intereses tras de ella, intereses que se espera sean diferentes a los políticos, pero como mujer y negra, es decir en su condición de persona doblemente discriminada, sabe que es el estigma y la discriminación.

Como persona que fue secuestrada conoce perfectamente las situaciones emocionales y físicas por las que pasan quienes son victimas de este delito, como cabeza de familia que se vio obligada a solicitar refugio en otro país, incluso a dormir en el suelo, esta al tanto sobre cuáles son las condiciones por las que pasan quienes son obligados al desplazamiento forzado o debemos recurrir al refugio o al asilo. Por eso entiende que no hay que ser de las FARC para negociar con ellos y crear las condiciones para que las personas sean liberadas.

Se le ha dicho vende patria e incluso apátrida; como decía, lo de “negra hijueputa” ni le va o le viene, pero lo de apátrida incluso le atrae, si con ello se quiere decir que no ama una patria tal y como la que tenemos. Uno no es apátrida cuando está en contra de la construcción de patria hecha por los poderosos en Colombia, ella es una subvertora de la actual patria, para levantar la matria (A la construcción de una nueva patria, por razón a la reivindicación de los derechos de las mujeres, ella la llama la construcción de la matria), que abraza a todos/as sus hijos/as sin distinción y que está al servicio de sus ciudadanos/as, no del imperio.

Lo que une a Piedad con Chávez es su proyecto político. Para él, en el Ideario Bolivariano, Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Perú hacen parte de la patria grande. A esta Negra le interesa que en América Latina los nuevos gobernantes se parecen más a sus pueblos, es el caso de Evo, Lula, Correa, Kirchner y del mismo Chávez, gobernantes que comparten con ella la idea de la integración Latinoamericana; Piedad en su interés es auténticamente Colombiana; no cree que Colombia y Venezuela sean países diferentes, sino uno mismo, que por razones históricas se dividió.

Nadie que conozca la historia reciente colombiana puede negar su contribución a la construcción de la paz en Colombia. Y como dice Lucho Garzón “gústenos o no, a ella se le debe lo poco o mucho logrado en las liberaciones”.

No sabemos si el Nobel le será otorgado, lo que si sabemos desde ya, es que ella considera que no se lo merece; no lo dice porque le crea a sus detractores, lo afirma porque sabe que lo suyo no es la búsqueda afanosa de un premio, sino la labor diaria de un compromiso político y ético con la paz y los derechos humanos y sexuales.

Post escrito: Cuando digo "trabajar conjuntamente con ella", ese trabajo se refiere a un compartir para la construccion conjunta de un proyecto, acción que siempre hice como voluntario y no a cambio de un salario; por supuesto, si ella me invitara a un nuevo proceso de construcción, siempre diría que sí. No siempre se requiere de un salario, muchos trabajamos porque apoyar la construcción de un pais diferente nos hace felices.

Por Manuel Velandia


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