Partidos de la coalición y la oposición coincidieron en asegurar que no es pertinente para el país que gobiernos extranjeros participen en las nuevas entregas de secuestrados.
CONTINUARON EN aumento ayer las voces de dirigentes políticos que pidieron un acercamiento entre el presidente Álvaro Uribe y la senadora Piedad Córdoba para evitar traumatismos en la misión de liberación de seis secuestrados, que las Farc prometió entregarle a la Congresista en enero.
Tanto la Comisión Nacional de Paz, como el ex presidente Ernesto Samper y voceros de los diferentes partidos políticos han asegurado que la concertación entre Uribe y Córdoba es fundamental para la protección de los próximos liberados y el Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr), único organismo internacional que el Mandatario avaló para la operación.
“Lo más fácil sería que se montaran la Cruz Roja con Piedad Córdoba a bordo de un helicóptero, porque mandarlos solos (a la Cicr) con el antecedente de la Operación Jaque los podría poner en peligro, porque si aparece un helicóptero, con el logo del Cicr, en un campamento de las Farc, como en la Operación Jaque, no les dará confianza. Tiene que ir una persona como Piedad para esa situación”, alertó Camilo González Posso, miembro de la Comisión Nacional de Paz, quien además aseguró que el rifirrafe de posiciones “es peligroso para el trámite” de las liberaciones.
Entretanto, la propia senadora Córdoba reiteró su petición de crear una comisión nacional para esta misión.
“Aquí no hay nada distinto de la necesidad de la liberación de las personas, pero también del intercambio de presos de las Farc por presos que están en poder de las Farc o retenidos”, afirmó la Senadora, quien admitió que debe reunirse con Uribe.
“Sé que debo oír a todo el mundo y, principalmente, al Presidente de la República”, señaló Córdoba.
A su turno, el ex presidente Samper insistió en que la dirigente antioqueña y Uribe deben conciliar sus diferencias por el bien de Sigifredo López, Alan Jara y los cuatro uniformados más que serán liberados en menos de un mes.
“El Gobierno, en el pasado, ha tenido la generosidad de ofrecer las garantías necesarias, incluida la participación de otros países para asegurar liberaciones y me parece que cerrar las puertas en este momento no es una actitud conveniente, y no ayuda”, afirmó el ex presidente Samper Pizano, quien el lunes le exigió a Uribe que aceptara la mediación del mandatario venezolano Hugo Chávez, quien realizó estas labores hace un año.
Sin embargo, esta opinión no la comparten diferentes partidos políticos, cuyos voceros aseguraron que la intervención extranjera podría ser utilizada como una vitrina política de las Farc.
Las colectividades de la coalición, como La U y de la oposición, como el liberalismo, coincidieron en este tema.
“Exigir la presencia del presidente Chávez y otros condicionamientos puede revivir la estrategia de las liberaciones anteriores”, manifestó el senador Héctor Helí Rojas, del liberalismo.
“Todas las liberaciones en las que han participado algunos gobiernos extranjeros se han utilizado de una manera politiquera para hacer protagonismos que no se pueden hacer”, afirmó, a su turno, el senador de La U, Luis Elmer Arenas.
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