lunes, 22 de diciembre de 2008

¿Los generales en el laberinto de las decisiones políticas?


Paradójicamente, en el mejor año en resultados del Ejército contra la guerrilla, media decena de sus mejores hombres han dicho adiós a las armas

CON LA decisión del Gobierno de retirar este fin de semana al general Guillermo Quiñónez, jefe de operaciones del Ejército, se suma un eslabón a la cadena de militares que han sido llamados a calificar servicios este año, producto de escándalos en la Institución.

Sin embargo, en estas determinaciones del Ejecutivo habría pesado más el momento político que la responsabilidad que estos uniformados hayan podido tener en actuaciones irregulares, según Quiñónez.

Con el general Quiñónez ya son cinco los oficiales de ese rango que han dejado el Ejército desde el final de octubre pasado: cuatro llamados a calificar servicios y un quinto, el general Mario Montoya, quien renunció a la Comandancia de esta Fuerza.

El general Guillermo Quiñónez fue puesto en el ojo del huracán el 31 de octubre pasado por el presidente Álvaro Uribe, quien desde El Salvador criticó la falta de resultados de la IV División del Ejército por no haber capturado Daniel Barrera, también conocido el alias de ‘El Loco Barrera’, y a Pedro Guerrero, alias ‘Cuchillo’, quienes son sindicados por las autoridades de manejar el negocio del narcotráfico en el sur del país.

En esa oportunidad, el Jefe de Estado se preguntó si la falta de resultados se debía a que el Ejército estaba protegiendo a esta persona. En ese momento Quiñónez oficiaba como comandante de la IV División del Ejército.

Las palabras del Presidente causaron el rechazo entre militares retirados, que calificaron como desleales las apreciaciones del Mandatario. El general en retiro Néstor Ramírez dijo al respecto, que “con todo el respeto creo que esto es un gesto de deslealtad con la Institución que ha permitido el desarrollo de la Seguridad Democrática, esto afecta la imagen de las Fuerzas Militares y también las del Presidente de la República”.

Al paso de las declaraciones del Presidente también salió la ex ministra de Defensa Nacional, Marta Lucía Ramírez, quien no obstante hacer parte de la coalición uribista afecta al Presidente, señaló que un mensaje de esta naturaleza descalifica la confianza en el Ejército y afecta la moral de la tropa.

Días después de este incidente, el general Guillermo Quiñónez fue trasladado de la Comandancia de la IV División del Ejército a la Jefatura de Operaciones de la misma Fuerza, hasta el sábado pasado cuando es excluido de la Institución. El Decreto 4767 precisa que el Presidente de la República en uso de sus facultades decretó retirar del servicio al mayor general Guillermo Quiñónez.

A su turno, el general retirado consideró que si bien 2008 ha sido el peor año para la guerrilla de las Farc, también “ha sido funesto para el Ejército porque ha perdido a sus mejores comandantes y líderes”. Eso ha sido así “ya no por efectos o consecuencias de la guerra sino por decisiones politizadas, arbitrarias e injustas”, precisó el oficial.

“Aunque tuve la oportunidad de solicitar el retiro, deseando servir a mi país hasta el último minuto y por el compromiso con mi Institución, decidí permanecer hasta el final porque pienso que de lo contrario estaría en algún modo aceptando una acusación injusta y falsa”, agregó Quiñónez en un comunicado.

Descabezados por caso Soacha

El caso Soacha ha sido, quizá, el mayor escándalo del Ejército en el presente año. Aunque desde tiempo atrás se habían denunciado varios episodios de civiles, presumiblemente presentados por la Fuerza Pública como personas al margen de la ley muertos en combate, que se ha llamado popularmente como falsos positivos, fue la aparición en septiembre pasado de 19 cuerpos en fosas comunes en el municipio de Ocaña, departamento de Norte de Santander, lo que inició las investigaciones por parte del Ejército y la Fiscalía.

Estas personas desaparecieron a principio de año en el municipio de Soacha, Cundinamarca, según denunciaron los familiares ante las autoridades. Sin embargo fueron reportadas por el Ejército como muertos en combate.

Tras el escándalo desatado, el 29 de octubre pasado el Gobierno nacional tomó la determinación de excluir del Ejército a 27 de sus unidades, incluidos el mayor general Roberto Pico Hernández, comandante de la VII División del Ejército; brigadier general José Joaquín Cortés Franco, comandante de la II División del Ejército; y el brigadier general Paulino Coronado Gámez, comandante de la Brigada 30.

Aunque en ningún momento el Gobierno dijo que estos generales tuvieran que ver directamente con la comisión de falsos positivos, justificó su salida porque se presentaron “graves fallas” en las divisiones a su cargo, lo que daría a entender que estos uniformados, como máximas autoridades, acarrearon con la responsabilidad política de los hechos ocurridos.

Aunque adicionalmente, el primer Mandatario previno que a raíz de lo sucedido con el caso Soacha, el Ministerio de Defensa conformó una comisión investigadora desde el punto de vista administrativo, la cual “ha encontrado que puede haber integrantes de las Fuerzas Armadas incursos en asesinatos y que hay fallas en procedimientos, en protocolos, en vigilancia. Estas fallas nos obligan a tomar unas drásticas decisiones desde el punto de vista administrativo. Y los hallazgos de esta investigación, que puedan tener efectos penales, son inmediatamente trasladados a la Fiscalía General de la Nación para sus respectivas evaluaciones”.

El general Montoya

El general Mario Montoya no aclaró las razones por las que le dijo adiós a su carrera militar, el pasado 4 de noviembre, solo seis días después de la salida de los 27 militares por el caso Soacha, en un momento en que fungía como comandante del Ejército. Para muchos su salida era otra decisión política de la Casa de Nariño, que prefería que el militar se fuera por la puerta grande antes que el escándalo de los falsos positivos impactara de frente en la máxima cabeza del Ejército.

El General dijo al renunciar que “han pasado 39 años al servicio de mi patria, hoy considero haber llegado al final de la jornada. Todas mis ilusiones y mis sueños que de niño forjé, me impulsaron al lucir el uniforme de mi amado Ejército y se hicieron realidad”.

Nadie entendía cómo era posible que Montoya dijera que hoy “considero haber llegado al final de la jornada”, justo en este año cuando el Ejército propinó los golpes más formidables a las Farc con el abatimiento de su segundo al mando, alias Raúl Reyes, y la operación Jaque, con la cual les fueron arrebatados a esta guerrilla, en una operación digna de una película, 15 secuestrados, entre ellos Ingrid Betancourt y tres norteamericanos, y teniendo en cuenta que según las Fuerza Militares, las Farc están seriamente golpeadas.


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