lunes, 10 de agosto de 2009

Un día en la campaña del candidato Germán Vargas


El ex senador estuvo en la localidad de Kennedy, una de las más populosas de la capital de la República con cerca de 1,7 millones de habitantes.

Como lo viene haciendo desde septiembre de 2008 cuando inició un recorrido por el país para exponer y nutrir sus tesis del programa de gobierno, Germán Vargas Lleras puso el despertador muy temprano; en su agenda del día figuraba una entrevista a las 7 de la mañana en una radioemisora de la localidad de Kennedy, en Bogotá.

Ese recorrido ha llevado al candidato a la Presidencia de la República a 29 de los 32 departamentos en que está dividido el extenso territorio colombiano. “Todos los municipios, todas las capitales en jornadas que comienzan muy temprano pero no se sabe cuándo acaban”, señaló uno de los colaboradores que lo han acompañado en esta ‘aventura’.

Pues aunque suene fuera de lugar esa palabra en estos tiempos en que la política se volvió mediática e incorpora conceptos de marketing que pueden hacer de un político una verdadera celebridad, varios de los candidatos y precandidatos que aspiran al solio de Bolívar se han embarcado en la ‘aventura’ de recorrer el país.

Así lo ha querido Germán Vargas, tal vez emulando a su abuelo, el presidente Carlos Lleras Restrepo, de quien se dice que como candidato y primer mandatario de la República recorrió el país en 96 ocasiones.

La toma de Kennedy

Cerca de medio centenar de ciudadanos y varios ediles de Kennedy esperaban impacientes la llegada de Vargas Lleras a las instalaciones de la Junta Administradora de esta localidad (JAL). El reloj frisaba las 10 de la mañana pero nada que aparecía el candidato.

La agenda era apretada pues después de la entrevista en la radioemisora tenían una actividad de volanteo (entrega de volantes) en Corabastos y luego un desayuno con los empresarios de esa central de abastos.

Por fin sonó el celular de Hernando Ávila, uno de los dos ediles que tiene Cambio Radical en la JAL de Kennedy, y quien invitó a Vargas Lleras a este recinto. –Que ya viene el candidato –dijo Ávila suspirando aliviado.

Vargas Lleras sorprendió al llegar a varios de los asistentes que tienen la imagen de su época de senador y de las entrevistas que ha brindado a la televisión, es decir, de saco y corbata. El candidato vestía jean y chaqueta.

De entrada el ambiente no era fácil para Vargas Lleras por aquello de las incompatibilidades ideológicas. Cuatro de los ediles –incluyendo al presidente– son del Polo.

Vargas Lleras y Cambio Radical fueron bastiones del presidente Uribe en sus dos primeros períodos de gobierno, pero ahora Vargas y la mayoría de esta colectividad han puesto tierra de por medio con el Jefe de Estado porque no comparten un tercer período presidencial. Sin embargo, Vargas Lleras destaca varios aspectos del actual mandato, como la seguridad democrática, pero señala que es hora de pagar la deuda social con el pueblo colombiano.

Los ediles del Polo preguntaron a Vargas Lleras por algunos de los temas que hoy enfrentan al uribismo y a la oposición. –¿Cuál será la solución que como presiente usted le dará al conflicto interno y la posibilidad de una salida negociada? –le inquirió el edil Édgar Ordóñez. Vargas Lleras le dijo que continuará con la política de seguridad democrática y la complementará en lo que tiene que ver con seguridad urbana y fronteriza. En cuanto a la salida negociada, dijo que “terminó esa posibilidad en el corto y mediano plazo con la entrada en vigor de la jurisdicción de la Corte Penal Internacional en Colombia” para los delitos de guerra y de lesa humanidad. Añadió que no se repetirán los indultos que disfrutaron organizaciones como el M-19 y el Quintín Lame.

Tras su visita a la JAL de Kennedy, el aspirante presidencial se enfrentó al reto de ir a las calles de la localidad a buscar al ciudadano de a pie para entregarle un folleto, el cual abre con su foto y la leyenda: “Mejor es posible, mejor Vargas Lleras”. Acompañado de su equipo de campaña, escogieron una de las avenidas más comerciales de la localidad.

El candidato se apeó de la camioneta blindada y vino el momento de mayor estrés para el cuerpo de escoltas. No es nada fácil proteger a una persona que ha sufrido dos atentados contra su vida.

–Venga, llévese el folleto –le dijo el ex senador a una transeúnte que se mostraba indiferente. Por fin la convenció y con una sonrisa se despidió. Otros lo reconocieron y no solo le recibieron el folleto, sino que le dijeron que contara con su voto.

Vargas Lleras recorría la acera, entraba en los locales comerciales, saludaba, invitaba a la gente a conocer su programa de gobierno.

Una escena como esta se repetirá muchas veces más en Bogotá y otras regiones de Colombia a donde Vargas Lleras irá, pues todavía hay mucho por trabajar en los nueve meses de campaña que faltan.


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