martes, 25 de noviembre de 2008

¿Llegó el pluralismo político a Venezuela?


El voto castigo a Chávez en Caracas sorprendió hasta a la misma oposición. En veremos proyecto de reelección presidencial indefinida

LAS VICTORIAS de la oposición venezolana en los cinco estados más poblados y ricos y en la capital, Caracas, abren un nuevo escenario político en este país donde el poder en los últimos años estuvo concentrado en el presidente Hugo Chávez y sus adeptos, consideran diversos analistas.

Aunque los chavistas aseguran que el mapa político no cambió porque sigue teñido de rojo y que por el contrario recuperaron cuatro estados que “habíamos perdido por traición” según Alberto Muller Rojas, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), sufrieron derrotas simbólicas en las regiones más pobladas y ricas, en la capital y en el popular municipio caraqueño de Sucre, donde los venezolanos dieron un voto de castigo al mandatario.

Así, a partir de este momento, un 45% de la población venezolana estará gobernada por políticos de oposición, que vencieron en estados que representan además un 70% de la actividad económica nacional.

Los candidatos oficialistas triunfaron en 17 estados, sobre un total de 22 en liza, mientras que la oposición, que tenía el poder en dos gobernaciones, ganó un total de cinco y la capital, Caracas.

Nada más hacerse públicos los resultados, Chávez apareció junto a los dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y en un discurso conciliador se felicitó por la "gran victoria" de su formación y reconoció los triunfos de sus adversarios.

"El pueblo, tanto los que votaron por los candidatos de la revolución como los que votaron por otros candidatos, demostró que aquí hay un sistema democrático y se respetan las decisiones del pueblo", declaró.

Entendimiento, única vía

De esta forma, a partir de ahora, hay en Venezuela un nuevo escenario político, más pluricolor, donde el chavismo tendrá que acostumbrarse a no ignorar a una oposición bien instalada.

"Los símbolos conquistados por la oposición fueron mayores de lo que se podía esperar: ganó la capital y los estados que representan el corazón económico y político del país", declaró Luis Vicente León, responsable de la encuestadora Datanálisis.Concretamente, los candidatos de oposición gobernarán en los estados de Nueva Esparta (noreste), la riquísima región petrolera de Zulia (oeste), Carabobo (centro-norte), Táchira (suroeste) y el populoso y rico estado Miranda (centro), que incluye parte de Caracas.

"Con este panorama las amenazas pronunciadas por Chávez durante la campaña son imposibles de aplicar. Va a tener que negociar con ellos, no puede darles la espalda y esto es excelente para la democratización en Venezuela", añadió León.

Por su parte el analista político Tulio Hernández destacó que “la oposición, que se ha venido quedando fuera del aparato de Estado y tenía dificultades para hacer política, ahora va a estar de nuevo dentro del aparato de estado y va a generar un nuevo liderazgo".

Agregó que con este mayor espacio para gobernar y, sobre todo en el caso de Caracas, si "son unos buenos gobiernos, eso será definitivo para su proyección nacional”.

Tomando en cuenta el número de votos y no de estados, el nuevo panorama dibuja un mapa político más representativo de la realidad nacional, en el cual las fuerzas del chavismo continúan superando a la oposición, pero por un margen reducido.

Venezuela "no es un país hegemónico del chavismo (...) Esto crea las condiciones para frenar definivamente las intenciones de gobernar hasta el 2050" de Chávez, agregó Hernández.

La sorpresa

Sin duda, la gran sorpresa de la noche electoral fue el triunfo del candidato de la oposición, Antonio Ledezma, en la alcaldía metropolitana de Caracas, frente a Aristóbulo Istúriz, uno de los candidatos más emblemáticos y populares del PSUV.

Según Oscar Schemel, de la encuestadora Hinterlaces, los ciudadanos de Caracas dieron "un voto de castigo" a Chávez, culpándolo por una gestión ineficiente en la capital en cuestiones como la lucha contra la inseguridad o la organización de los servicios públicos.

"Se confirma que hay un chavismo moderado que expresa su desacuerdo con algunas decisiones del presidente e incluso puede votar en contra de Chávez sin dejar de ser chavista, por ahora, y sin sentirse un traidor", explicó Schemel.

Al mismo tiempo, en las elecciones del domingo se rompió el mito de que los pobres de Venezuela votan por Chávez.

La victoria del opositor Carlos Ocariz en el municipio caraqueño de Sucre, que incluye la gran barriada de Petare, muestra que los sectores más desfavorecidos sintieron la necesidad de un cambio.

"En Petare, la gente no votó contra Chávez. Votaron por una opción fresca y nueva, que lleva ocho años metido en las calles de la barriada y tiene una propuesta concreta", estimó León.

Según datos del Consejo Nacional Electoral (CNE), la participación en los comicios fue del 65,45%, un récord para unas elecciones locales.

Y es que Chávez había convertido estos comicios en un termómetro para medir el apoyo popular a su proyecto socialista diez años después de su llegada a la presidencia y había asegurado que en las urnas se jugaba también el futuro de la "revolución bolivariana".

Chávez sugirió además que dependiendo de los resultados podría proponer nuevamente la reelección presidencial indefinida, rechazada dentro de un proyecto de reforma constitucional sometido a referéndum en diciembre de 2007.

Cabe destacar que el oficialismo consiguió recuperar estados que habían quedado en los últimos cuatro años en manos de disidentes como Sucre, Guárico y Aragua, y que ahora vuelven a manos de gobernadores adeptos al presidente.

Además, en Barinas (suroeste), tierra natal de Chávez, donde hasta hoy gobernaba su padre, consiguió imponerse con escaso margen el hermano mayor del mandatario, Adán Chávez.

Decantado el triunfo electoral, tanto el chavismo como la oposición deberán hacer un análisis de sus estrategias políticas y sobre todo esta última “mayoría sin rostro” porque con los resultados del domingo demostraron que el proceso de presentar una alternativa de poder y que iniciaron hace un año con la votación en contra del referendo, sigue consolidándose. Es una oportunidad que no deben desaprovechar con miras a las presidenciales./EL NUEVO SIGLO - AFP


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