La decisión, que les permite votar a favor de la aprobación del proyecto en la plenaria del Senado, hace parte de la estrategia con la que el Gobierno busca salvar la reforma.
Sin embargo, cinco senadores acudieron a la figura de la objeción de conciencia para dejar en claro que aunque su impedimento fue negado no se quedarán en el Senado para estar presentes durante la votación de la reforma política.
Este fue el argumento de los senadores Daira Galvis, Nancy Patricia Gutiérrez, Piedad Zucardi, Antonio Valencia y Zulema Jattin.
Esto significa la sensible pérdida de cinco de los 10 votos que el ministro del Interior, Fabio Valencia Cossio, consiguió durante el fin para que no se hunda el acto legislativo por la falta de quórum.
"El ministro (Valencia) me dijo que 10 le dijeron que iban a venir a votar. En teoría estamos salvados porque nosotros tuvimos 45 votos. Si es cierta tanta belleza, estaríamos al otro lado con la reforma", reconoció el presidente del Senado Hernán Andrade.
La segunda estrategia que adelantó Valencia Cossio fue la de evitar la discusión del articulado de la iniciativa y por tanto la necesidad de conciliar cualquier diferencia con la Cámara de Representantes, acudiendo a una fórmula sencilla: que ya con el quórum los senadores de la coalición de Gobierno aprueben el texto tal cual como llegó de la Cámara.
"El Ministro (Valencia) también pidió que haya un acuerdo entre los ponentes de ambas cámaras para que las reformas propuestas por el Senado se debatan en la segunda vuelta que empieza en marzo", aseguró el senador de Convergencia Ciudadana, Samuel Arrieta.
Pero el Gobierno también se movió para resarcir una de sus principales falencias observada la semana anterior cuando el único que puso la cara para defender en el recinto del Senado la reforma política fue el ministro Valencia Cossio.
A esta hora se mueven por entre las curules de los senadores hablándoles al oído o sencillamente saludándolos, la ministra de Comunicaciones María del Rosario Guerra; el de Hacienda, Óscar Iván Zuluaga; el de Agricultura, Andrés Felipe Arias, y el Mininterior, Valencia Cossio.
La plenaria fue oficialmente abierta a las 11 y 55 minutos con un hecho interpretado como un buen augurio: la presencia de 57 senadores, lo cual habilitó el quórum decisorio (se necesitan 52 mínimo).
"Celebramos vivamente la venida de los ministros y altos funcionarios", exclamó Hernán Andrade.
Los fantasmas de la reforma
A pesar de estos esfuerzos el Gobierno no ha logrado eliminar varios de los obstáculos más visibles en este día decisivo para la reforma política y para el honor del Gobierno, que hasta el momento ha visto cómo poco a poco han desaparecido varias de sus iniciativas legislativas más importantes, entre ellas la reforma a la Justicia.
Aunque 10 de los senadores con impedimentos le prometieron al Gobierno asistir, la efectividad de este llamado solo se verá llegada la votación de esos impedimentos. No basta con que los congresistas se ausenten del recinto mientras sus colegas les votan negativamente el impedimento. Luego, cada uno de ellos tendrá que reingresar a la plenaria y votar negativamente los impedimentos de sus colegas.
"Yo quisiera que las cosas se dieran. Pero uno debe comprender la posición de los 45 senadores que han manifestado su impedimento. Es un miedo individual pero justificado", dijo el senador uribista Javier Cáceres.
Y agregó que ante ese miedo "no será extraño que los senadores con impedimento ni siquiera se queden para sustentarlos, ni para ver si se los niegan o se los aprueban".
Comunicación rota
El otro factor que podría frenar el compromiso que los uribistas impedidos hicieron con el Gobierno, es el inconformismo latente que han acumulado los senadores especialmente con los ministros del gabinete.
El propio Andrade acepta que este fantasma tiene un gran peso entre varios de los legisladores.
"La bancada se queja de ellos. Mi vicepresidente Óscar Suárez Mira dijo que llevaba un mes tratando de hablar con Bernardo Moreno (Sec. Jurídico de la Presidencia). Efraín Torrado me dijo que había ministros que no lo conocían. Incluso, que el ministro del Interior no tenía su foto. Solo nos buscan cuando necesitan algo", enfatizó.
Conciliación sin tiempo
En la oposición senadores como Juan Fernando Cristo señalan que o el Gobierno pasa la reforma con el texto que llegó desde la Cámara o esta no tiene la más mínima opción.
Si en la tarde de hoy se intenta hacer alguna modificación al acto legislativo, automáticamente tendría que darse una conciliación con los ponentes del proyecto en la Cámara.
"Si se requiere la conciliación, ya se les venció el plazo, porque suponiendo que hoy se vote la reforma, la conciliación la harían mañana y dicha conciliación solo se podría votar el próximo miércoles. Pero las sesiones terminan mañana", puntualizó Cristo.
A las 12 y 20 minutos de la tarde, la ausencia de numerosos senadores hizo que el presidente de la corporación pidiera aprobar un cambio en el orden del día para revisar otros proyectos, mientras se recuperaba el quórum necesario para abordar la reforma política y el tema de los impedimentos.
El senador liberal Héctor Helí Rojas fue aún más pesimista. "Quiero recordarles a mis colegas de la coalición que están tratando de beneficiarse con una reforma que solo regirá después del 2010.
Ellos aprovechan porque se van a pensionar, van a seguir recibiendo un altísimo salario, muchos se van a hacer reelegir votando en contra de que la silla vacía se aplique desde ahora", puntualizó.
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