lunes, 21 de junio de 2010

Directivas de Congreso, primer ‘pulso’ del nuevo Gobierno


DE “EQUILIBRISMO” político catalogó uno de los congresistas más experimentados del país la labor que le tocará al presidente electo Juan Manuel Santos para dar representación en las directivas de Senado y Cámara a todos los partidos que hacen parte de su coalición de “unidad nacional”.

La U, partido de Santos y consolidado como la primera fuerza política y electoral del país, reclama, como mínimo, la presidencia de algunas de las dos corporaciones. Por ejemplo, en Senado ‘suenan’ los nombres de Juan Lozano y Armando Benedetti. De este último se dice que ya tiene un buen número de parlamentarios costeños apoyándolo, incluso bajo la tesis de que si el Jefe de Estado es bogotano y el Vicepresidente valluno, la región Caribe debe ocupar la presidencia del Congreso.

El Partido Conservador, la segunda fuerza parlamentaria, también quiere cupo en las directivas del Legislativo, e incluso ya un grupo de Representantes, de la mano del ex ministro Andrés Felipe Arias, hace campaña para que la presidencia de la Cámara sea azul. Aunque no avala la gestión de Arias, el presidente del Directorio Nacional Conservador, Fernando Araújo, dijo que la colectividad aspira a ocupar la presidencia de algunas de las dos corporaciones.

La ‘movida’ de Arias se dio luego que la adhesión de buena parte de la bancada liberal a la campaña Santos, lo que fue entendido en algunos círculos como un paso adelante a la aspiración de Simón Gaviria, parlamentario de las toldas rojas, a la presidencia de la Cámara.

Es más, el respaldo del ex presidente César Gaviria al candidato de La U (que generó un duro enfrentamiento entre el ex mandatario y el presidente Uribe) terminó de ratificar que los liberales van por ese cargo.

La intención de Gaviria (hijo) obviamente no cayó nada bien en las toldas uribistas, en donde se considera que las presidencias y primeras vicepresidencias de Senado y Cámara deben ser para La U, conservadores y Cambio Radical, que siempre han estado en la coalición gobiernista, y no para los liberales, que apenas ahora se suman a la alianza.

Como Santos ha insistido en que quiere una coalición amplia, que sume también a los liberales, debe maniobrar para dar representación a todos los partidos. Ello implicaría, por ejemplo, que los turnos para las presidencias de Senado o Cámara en cabeza de La U no serían en la primera sino en la segunda legislatura. De esa forma, en el arranque del nuevo Congreso habría margen de acción para dar cuotas a conservadores, liberales y Cambio.

Por lo general, a las minorías parlamentarias o de oposición en el Congreso siempre se les da las segundas vicepresidencias. Ello implicaría que esos cargos deberían ser para parlamentarios del Polo, el Partido Verde, el Mira o los indígenas. Sin embargo, ahora se cree que dada la amplitud de la coalición de respaldo a Santos, estos cargos también entrarán en la repartición de cuotas oficialistas.

Por otra parte, es claro que Santos requiere, por lo menos, de dos legislaturas en donde la bancada gobiernista trabaje como un “relojito” pues debe sacar avante una extensa agenda legislativa, incluso sumando proyectos de los partidos que se sumaron a La U en la segunda vuelta.

Para ello es claro, como se dice en los corrillos del Congreso, que en las mesas directivas de Senado y Cámara debe encontrarse “cama pa’ tanta gente” o buscar darles “cuotas” a los partidos damnificados ya sea en posteriores legislaturas o en otras entidades.


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