¿Por qué Álvaro Uribe debe descartar un tercer mandato?

El presidente colombiano, “que en muchos sentidos representa la alternativa al chavismo”, no debería buscar la reelección.

LA MISMA noche que ganó la elección para un segundo mandato a principios de mes, el presidente de Bolivia, Evo Morales, dio a entender que tiene planes para presentarse a un tercer período. Eso no fue ninguna sorpresa: la eliminación de los límites del mandato presidencial ha sido una característica común de los nuevos populismos autoritarios en América Latina. Después de dos intentos, Hugo Chávez, de Venezuela, logró eliminar el límite de su mandato mediante un referendo; Daniel Ortega, de Nicaragua, se basó en una decisión por la Corte Suprema, que anteriormente había cooptado con sus seguidores. Las sospechas de que el presidente hondureño Manuel Zelaya quería levantar un límite de mandato presidencial llevaron a la prolongada crisis política en ese país.

Esta erosión sistemática de las instituciones políticas y el Estado de derecho es una de las formas en que Chávez y sus seguidores amenazan con arrastrar a América Latina atrás, a sus viejos tiempos de caudillos y golpes de Estado. Las naciones que han tratado de dejar atrás esa historia tienen la obligación de establecer un modelo de alternativa clara, basada en el gobierno del pueblo, no en una serie de hombres fuertes. Por eso es tan importante que el hombre que en muchos sentidos representa la alternativa al chavismo, el presidente colombiano Álvaro Uribe, se comprometa firmemente en contra de buscar un tercer mandato en las elecciones presidenciales del año próximo.

Uribe, que ha estado en el poder desde 2002, ha hecho de Colombia un espejo de la imagen de la vecina Venezuela. Mientras que los homicidios y los secuestros han aumentado en la Venezuela de Chávez, han disminuido drásticamente en Colombia. Uribe ha profesionalizado de manera constante las fuerzas de seguridad de su país, en tanto que en Venezuela se han corrompido y politizado. Y en Colombia, una prensa libre, tribunales independientes y una economía de libre mercado han prosperado, mientras que en Venezuela todos han sido suprimidos.

Gracias a esos éxitos, Uribe sigue siendo muy popular. Después de un cambio en la Constitución, ganó fácilmente la reelección en 2006 y la mayoría de los colombianos creen que podría volver a hacerlo en mayo próximo. Sin embargo, otro cambio constitucional sería necesario. Tras la aprobación del Congreso, una decisión de la Corte Constitucional prevista para principios del próximo año decidirá si el referendo se hace. Uribe podría no ganar el referendo, ya que requiere un alto nivel de participación de los votantes. Pero, gane o pierda, el proceso amenaza con perturbar gravemente la campaña presidencial y hace extremadamente difícil que los seguidores de Uribe corran detrás de otro candidato antes de las elecciones. Uribe no ha dicho si buscará otro mandato, y en público ha manifestado su ambivalencia al respecto. Algunos analistas creen que quiere evitar “tener el sol a las espaldas” por el mayor tiempo posible, o que quiere la opción de postularse otra vez y luego retirarse. Cualquiera que sea el caso, uno de los presidentes más exitosos de Colombia está poniendo en peligro su legado, así como la causa de la democracia liberal en la región. Es hora de que Uribe, para hacerle a su país un gran servicio, descarte un tercer mandato consecutivo.